La Mallorquina

En ocasiones, la tradición no sólo significa años de antigüedad. La tradición enlaza con modernidad si por tal se entiende afrontar los retos del futuro y mantener al mismo tiempo la identidad. Es el caso de La Mallorquina, emblemática pastelería de Madrid fusiona tradición y modernidad al afrontar los retos del futuro sin perder su identidad en sus 125 años de historia. Fundada en 1894 por tres mallorquines, se estableció inicialmente en Jacometrezo para luego adquirir el icónico local en la Puerta del Sol. Inicialmente influenciada por productos mallorquines, evolucionó para ofrecer una amplia gama de delicias dulces. Durante décadas, el local fue punto de encuentro de tertulias ilustres y sirvió como testigo de la historia de España.

Tras superar desafíos, las familias Quiroga y Gallo revivieron la esencia de La Mallorquina. En 1960, se realizaron reformas que dieron forma al establecimiento actual. En el siglo XXI, bajo la tercera generación, la pastelería ha recibido reconocimientos y se mantiene como el único establecimiento del siglo XIX activo en la Puerta del Sol, preservando la tradición y siendo referente en la cultura dulce de la ciudad.

La Mallorquina, icono de La Puerta del Sol, han pasado 125 años desde que abriera sus puertas en 1894 y su historia es parte de la gastronomía dulce de Madrid.