24 horas en madrid

¿Quieres conocer Madrid de una forma diferente, auténtica y con sabor a historia? Te proponemos una experiencia gastronómica única: pasar 24 horas comiendo como un madrileño de toda la vida, visitando algunos de los restaurantes más antiguos y emblemáticos de la capital. Esta ruta por los restaurantes centenarios de Madrid te llevará a través de los sabores más tradicionales, conservados durante generaciones, y te permitirá disfrutar de una ciudad que habla a través de sus mesas.

Esta guía está pensada tanto para visitantes como para madrileños curiosos que desean reconectar con la esencia de su ciudad. ¿Te animas a descubrir cómo se come en Madrid con más de 100 años de historia en cada plato?

9:00 – Desayuno en Café Gijón

La jornada comienza en uno de los rincones más icónicos del Paseo de Recoletos: el Café Gijón. Fundado en 1888, este café literario ha sido lugar de encuentro de escritores, periodistas, artistas y pensadores durante más de un siglo. Su historia está íntimamente ligada a la vida cultural madrileña, y aún conserva ese aire intelectual y bohemio que lo ha hecho célebre.

Para un desayuno típicamente madrileño y castizo, pide un café con leche acompañado de tostadas o bollería tradicional. Si el clima lo permite, siéntate en su terraza y disfruta del ambiente, observando el ir y venir de la ciudad mientras imaginas las tertulias que allí se celebraban.

Más que un desayuno, visitar Café Gijón es hacer una pausa en el tiempo, un comienzo perfecto para una ruta con historia.

13:30 – Comida en Casa Ciriaco

Después de un paseo por el centro histórico de Madrid, la hora de comer nos lleva a Casa Ciriaco, en la Calle Mayor. Fundado en 1897, este restaurante es uno de los grandes templos de la gastronomía madrileña. A lo largo de los años, ha acogido a personajes ilustres como Azorín o Hemingway, y es conocido por su cocina casera y su fidelidad a las recetas tradicionales.

Aquí es imprescindible probar el cocido madrileño, servido en tres vuelcos, o su famosa gallina en pepitoria, un plato clásico que ya no se encuentra fácilmente y que representa como pocos la cocina de siempre. También destacan los callos, la perdiz estofada y el bacalao rebozado.

Casa Ciriaco es un lugar que respira historia. Cada rincón conserva la esencia de otra época, y cada bocado es un homenaje a la tradición. Comer aquí es entender por qué Madrid es una ciudad que se siente tanto por el paladar como por la memoria.

17:00 – Merienda en Lhardy

La merienda en esta ruta no es un simple descanso: es un momento de lujo y elegancia en uno de los espacios más singulares de Madrid. Fundado en 1839, Lhardy fue el primer restaurante de alta cocina de la ciudad, pionero en introducir nuevas formas de servicio, como el uso del consomé autoservido en samovar, que todavía se mantiene hoy.

Situado junto al Congreso de los Diputados, Lhardy ofrece un entorno refinado que conserva intacto su mobiliario decimonónico. Para merendar, puedes probar su consomé caliente, ideal para las tardes de otoño o invierno, o elegir entre su surtido de dulces tradicionales: pasteles de crema, tarta de limón, bizcochos o su mítico soufflé.

Visitar Lhardy es sumergirse en un Madrid elegante, burgués y sofisticado, que contrasta y complementa la rusticidad castiza de otras casas centenarias.

21:00 – Cena en Sobrino de Botín

No hay mejor forma de cerrar el día que cenando en el restaurante más antiguo del mundo, reconocido por el Guinness World Records. Fundado en 1725, el Sobrino de Botín lleva casi 300 años sirviendo platos tradicionales, siendo famoso por su horno de leña original, que nunca se ha apagado desde su apertura.

El plato estrella de la casa es el cochinillo asado, de carne tierna y piel crujiente, seguido por el cordero lechal, ambos cocinados al estilo segoviano. Pero también puedes encontrar sopa castellana, pimientos asados, huevos rotos y otros platos que rinden homenaje a la cocina de Castilla.

Botín no es solo una cena. Es una institución, un símbolo de Madrid, un lugar donde confluyen turistas, madrileños y amantes de la gastronomía que buscan una experiencia inolvidable. Desde Goya (que trabajó allí de joven) hasta Hemingway, todos han pasado por sus mesas.

Una experiencia gastronómica con sabor a historia

Esta ruta de 24 horas no solo te permite comer como un auténtico madrileño, sino que también te ofrece una forma distinta de recorrer la ciudad: a través de sus sabores, sus rincones centenarios y sus historias. Los restaurantes que forman parte de la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid no son solo lugares donde comer bien, sino auténticos guardianes de la memoria gastronómica de la ciudad.

Cada establecimiento es único, pero todos comparten algo en común: el respeto por la tradición, la continuidad generacional y el compromiso con la calidad. En un tiempo en el que la cocina evoluciona constantemente, estos espacios se mantienen como faros de autenticidad.

Si quieres descubrir la esencia de Madrid, no lo hagas solo con los ojos: hazlo con el paladar. Y si estás planeando una visita o buscas ideas para un día especial, sigue esta ruta y déjate llevar por los sabores de siempre.