Como ya todos sabemos, el pescado es un producto perecedero, hay que procurar consumirlo el mismo día o a más tardar, el día siguiente, ya que por muy fresco que sea el pescado que compramos, si lo dejamos días en el frigorífico, dejará de serlo.
Repasamos cinco reglas básicas para que elijamos siempre el pescado fresco:
– Los ojos: cuando miremos los ojos del pescado tenemos que verlos saltones y cristalinos, en cuanto veamos un pescado con los ojos hundidos es señal de que ya no es fresco.
– Las agallas: Siempre rojas o rosadas, dependiendo del pescado.
– La piel: Las escamas del pescado deben estar siempre duras y brillantes
– La firmeza: Tenemos que notar que la piel está bien adherida a la espina.
– El olor: El pescado fresco no huele mal, tiene el olor de su hábitat, ya sea mar o agua dulce si es de río.
Si nos fijamos en estos detalles, compraremos siempre pescado fresco.